El mundo ha cambiado, hay cosas que perduran
Estamos en la era de las comunicaciones, de Internet, de los dispositivos electrónicos, de no saber ir a un sitio y abrir el Google Maps o cualquier otro servicio desde el móvil y ahora saber llegar, incluso ser guiado paso a paso, con una sugerente, aunque mecanizada voz, para llegar de manera precisa a tu destino. ¡Qué tiempo tan interesante! Tener en la palma de tu mano todo lo que hay a tu alrededor, con información adicional, que ni las mejores y más actualizadas guías de prestigiosas compañías sabrían abarcar o tener al día, en el preciso instante en el que hay un cambio.
Pero precisamente ahí está el encanto de un mapa antiguo, el hecho de congelar en el tiempo, un instante, una cultura, una forma de pensar y de hacer las cosas, que se han echado a perder, con los trepidantes cambios de la actualidad.
El romanticismo del Renacimiento, de la Era de los Descubrimientos, la inocencia de los mapas más antiguos de la Edad Media, el arte que plasmaban, en el que aplicaban las dosis justas de ciencia cartográfica y añadían grandes dosis de arte, como cuando un territorio aún no se había descubierto y añadían en latín la leyenda de “Terra Incognita”. El misterio de aquellas criaturas que dibujaban en los mares del Sur. Los vientos y algunos otros fenómenos meteorológicos permanentes, que adquirían rostro y personalidad propios.
La cartografía de antaño refleja la historia humana, una historia de conquistas y superación, de querer saber más, de desterrar viejos mitos como el hecho, para la inmensa mayoría, fehaciente, de que la tierra era un gigantesco disco más o menos plano, soportado por cuatro grandes elefantes apoyados a su vez por una inmensa tortuga, que vagaba por el centro de aquel pequeño universo conocido.
Llegaron los valientes
Afortunadamente el mundo ha cambiado. Gracias a aquellos grandes viajes, aquellas rutas, que muchos calificarían de suicidas en su tiempo, a almirantes como Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes, Marco Polo, James Cook, Roald Amundsen o Robert Falcon Scott, entre otros muchos, que descubrieron que el mundo es más grande que lo que pensaban y que además es una esfera de forma geoide, que además gira alrededor del sol, junto a otros planetas.
Una cita atribuida popularmente a Albert Einstein reza de la siguiente manera:
En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.
Albert Einstein
¡Es cierto! El mundo en crisis de los siglos pasados, sobre todo, en crisis de conocimiento, dio origen a la bella imaginería de los mapas de antaño. Gran parte del mundo, fuera de las civilizaciones europeas, era un auténtico misterio y ese misterio o se ignoraba recortando la tierra por alguna parte, o se imaginaba. ¿Qué habrá en los territorios más al sur del gran desierto del Sáhara? ¿Habrá algo más allá de los grandes Urales? ¿Qué clase de misterio esconderá el oriente de la India? Si alguien tiene la osadía de navegar al occidente ¿Caerá al vacío?
La mezcla entre ignorancia, inocencia e imaginación quedó reflejada en la cartografía de antaño. Sólo un escaso puñado de “locos” se atrevió a desafiar esos límites, que finalmente resultaron más mentales que reales.
El mundo ha cambiado. Los mapas vintage siguen conservando la esencia.
¿Quieres saber cómo era el mundo que vivieron aquellos antepasados? ¿Quieres ser partícipe de la historia? ¡Quédate aquí y deleita tu vista ante esta belleza de los mapas vintage!