Durante siglos, la humanidad ha sabido cómo es el mundo. O más bien, la humanidad ha conocido la forma y el tamaño de las masas de tierra que se elevan por encima de los océanos, así como también dónde se encuentran esas masas de tierra relacionadas entre sí. Pero ¿cómo se ha producido esta evolución histórica del mapa del mundo?
Generación tras generación, todos hemos crecido viendo representaciones visuales de este conocimiento en la forma del mapa mundial estándar, distorsionado, por supuesto, generalmente por la proyección de Mercator, dada la imposibilidad de convertir un globo tridimensional en un mundo de dos dimensiones.
Podemos recordarlo (o usar nuestros smartphones) cuando lo necesitemos. ¿Pero cómo era el mundo antes de que supiéramos cómo era? Gracias a un usuario de Reddit de nombre PisseGuri82, ahora podemos ver, de un vistazo, la forma humana de ver el mundo a medida que evolucionó durante los últimos dos milenios. Desde MapasVintage.com, te lo hemos traducido y lo puedes ver en alta resolución aquí.
Las primeras aproximaciones
Esta infografía de “La Forma del Mundo” (al final del artículo) comienza en 150 DC con el mapa mundial utilizado por Claudio Ptolomeo de Alejandría, Egipto, “el primero en usar posiciones de latitud y longitud basadas en observaciones astronómicas”. No es que esas observaciones produjeran algo que se pareciera inmediatamente a un antepasado del mapa que vemos ahora en las paredes de las aulas, pero ciertamente debe haber marcado una mejora en las conjeturas y la fantasía pura utilizada incluso en épocas anteriores.
Los mapas mundiales de la época medieval, como el que se incluye en el diagrama creado por un monje francés desconocido en 1050, tenían la intención de “no explicar el mundo sino la Biblia”. De ahí su enfoque en partes bíblicas del mundo como Jerusalén, el Mar Rojo e incluso el Jardín del Edén.
El Renacimiento
Poco más de un siglo después, un mapa del italiano Muhammed al-Idrisi empleó el método más objetivo de calcular distancias según los testimonios de los viajeros y comerciantes sobre cuánto tiempo los llevó llegar a las tierras distantes que visitaron. Sin embargo, a pesar de su “Eurasia reconocible y detallada y el norte de África”, sigue siendo una aproximación vaga (y, ni que decir, apenas completa) del mundo.
Solo en 1529, con el “mapa maestro” oficial y secreto de la Corona Española, actualizado por los exploradores españoles bajo pena de muerte, llegamos a un mapa mundial que nos recordaría mejor a cualquiera de los que usamos en el Siglo XXI.
Los desarrollos posteriores provienen de avances tales como la proyección Mercator antes mencionada, inventada en 1569 en los Países Bajos y refinada en Inglaterra 30 años después, así como la invención del cronómetro marino en 1778.
Del Siglo XIX hasta la actualidad
El último mapa en la infografía, una edición de 1832 del alemán Adolf Stieler, en el que “solo faltan las regiones polares inexploradas o se muestran de forma inexacta”, siendo el que más puede parecerse mucha exactitud a los mapas mundiales que usamos hoy.
Pero la evolución ciertamente no se ha detenido: con los mapas digitales e imágenes satelitales cada vez más detallados que ahora aparecen en nuestros mapas mundiales, nuestra capacidad de percibir la Tierra todavía sigue mejorando. Por lo tanto, nuestros descendientes dentro de 2000 años pueden ubicarse en un mundo que difícilmente reconoceríamos.